y tomaron a Jonás y lo echaron al mar y el mar se aquietó en su furor

jonás 1:15

la ballena estuvo revolviéndose

durante días y días

-aunque aquí adentro

hablar de un día

sea sólo decir

el tiempo suficiente

para ser demasiado tiempo

se acabó

el arriba y el abajo

fracturóse lo que es

de la diestra y la siniestra

y en el centro de su caos

el monstruo se detuvo

la oscuridad se desmenuzó

por todos lados

la superficie que pisaba

era el corazón del mar

pero ya sin un sonido:

en mí

el animal estaba muerto

ese batir rabioso

que antes abría mi carne

con su temple

ahora es un latir espaciado

tal vez una ilusión

retumbando en mi esperanza

ni siquiera mi alarido

(el grito de odio, el reproche

de terror con que intenté

agrietar el trono del creador)

pudo traer por compañía

su propio eco:

se los había tragado la quietud

quise caminar, quise encender

un modesto fuego,

quise salir a pescar, quise intentar

una vida que me protegiera

del silencio y de la calma

pero allí no había sino

jonás, la nada y

los deseos desesperados de Jonás

luego sólo la nada y yo

luego yo y la nada

luego un hombre tragado

en el mar por la ballena

a causa de la cólera divina

jonás era un recuerdo, leviatán

era un recuerdo

y el furor del dios

una brisa para recordarme

que aún estaba vivo

oh jonás, jonás

el naufragio no existió

tu vida nunca fue

lo anterior era ilusión:

deseo sin vaso

has estado siempre aquí

eres la oscuridad

eres la brisa

jonás

por los siglos

de los siglos