El incendio de la mina de El Bordo de Yuri Herrera es un libro que se lee de un tirón. Es la crónica de la avaricia y la ignominia de los dueños “americanos” de El Bordo, la mina en la que murieron asfixiadas y quemadas por lo menos 86 personas, el 10 marzo de 1920. Relata, a su vez, la justicia comprada y la prensa vendida en turno.

Es un homenaje post mortem a los mineros de El Bordo, varios de ellos migrantes radicados en Pachuca, que fueron enterrados en la fosa común sin el derecho a ser velados, recordados y despedidos con humana sepultura. La verdad tarde o temprano sale a flote, y es llevada a una tribuna pública que desempolva el silencio tendido sobre este atroz genocidio. Herrera tradujo esta historia que formó parte de su tesis doctoral y la adaptó a un libro ameno y sobrio.

Cuando supe de este libro el año pasado, sin conocer el contenido, me imaginaba que se trataba de la huelga de los mineros en Pachuca en 1985, inmortalizados iconográficamente por la lente de Pedro Valtierra. La Jornada dio a conocer la singular protesta de los mineros desnudos de Real del Monte, Pachuca, esos hombres que se ganaban la vida en la entraña de la tierra. Desnudos como sus condiciones laborales y sociales.

Me pregunto si Peter Cattaneo, director del Full Monty, conocerá estas fotos del maestro Valtierra (en general, su obra). En realidad me intriga más si el consagrado Ken Loach sabrá de Valtierra y otros portentosos fotógrafos mexicanos. Loach tiene en su haber varias películas en las que se solidariza con los trabajadores; por ejemplo, el documental Which Side Are You On?, que trata la huelga de los mineros del Reino Unido en 1984.

Pero no, la crónica de Herrera es sobre un hecho deliberadamente silenciado, de una historia oculta en la memoria pachuqueña que merece ser descifrada. Y esto es así porque con sus salvadas diferencias contextuales, El Bordo es Pasta de Conchos, es Real del Monte; es, en general, el ecocida neoextractivismo actual.

Solo para darnos una idea de la magnitud de este empobrecimiento ecológico y económico, tan solo entre 2006 y 2017, la industria minera, en su mayoría compañías extranjeras, extrajeron del suelo mexicano casi el doble de la cantidad de oro que durante tres siglos de Colonia se llevaron los españoles, nos advierte Jesús Lemús en su libro “México a cielo abierto. De cómo el boom minero resquebrajó al país”.

Yuri Herrera reconstruye en este libro paso a paso los absurdos oficiales de los mineros de El Bordo, cuestiona en voz alta a las autoridades implicadas ya sea por negligencia o ausencia, como es el caso del gobernador en turno; y rescata voces silenciadas de los actores que vivieron la tragedia y del pueblo y las familias de los mineros, para quienes es de conocimiento que los mineros fueron quemados y asfixiados. No solo no se hizo nada por rescatarlos, sino se le negó una humana sepultura y a sus familias el derecho de llorarlos de cuerpo presente.

Yuri Herrera, El incendio de la mina de El Bordo, Periférica, España, 2018, 113 p.