Movimiento animal
Una tarde decidí acostarme boca arriba, cubrir todo mi cuerpo con almohadas, ponerme los audífonos, programar una larga playlist de funk y cubrirme toda hasta la cara. Me quedé ahí horas, primero despierta, luego dormida, luego despierta. Más de seis discos dejaron sus sonidos dentro de mis oídos. Anocheció. Enterrada…
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